domingo, 27 de febrero de 2011

Jeremy Caldwell “Quiero dominar la EBA”

Jeremy Caldwell (Jackson, Estados Unidos, 1987) envía respuestas cortas, directas. No parece que estemos, a primera estancia, ante el clásico jugador estadounidense que no para de hablar. Sin embargo, en esas pocas líneas que nos dan sus palabras, se puede seguir una vida ligada al baloncesto, “mi único trabajo”, como bien nos aclara.

Nacido en el corazón del Estado de Mississipi, el jugador que ahora lidera los designios del CB Hormigones Sierra Villamuriel en el Grupo A-A de la EBA, empezó en el baloncesto “porque es algo que mi familia y yo mismo siempre amamos”. En el cuadro palentino, al que llegó en enero, está firmando unos últimos partidos de escándalo: 21 puntos y 15 rebotes ante el Tabirako Baqué y en la reciente jornada, 18 tantos y 17 rechaces contra el SAB Torrelavega. En ambos duelos, victoria para los de Villamuriel, que han encauzado el camino y ven cada día más cerca la permanencia.

Buena parte de culpa de ello la tiene la explosión de Caldwell, un ala-pívot con un gran juego de espaldas a canasta y que en su segunda experiencia profesional estaba tardando en arrancar. “Al principio no estuve fino, mis tiros no eran buenos”. Unos comienzos de 2011 donde tanto él como su conjunto sufrieron. Las derrotas pesaban y Caldwell, que venía con una buena hoja de servicios de la Liga Islandesa, competición “algo superior a la EBA”, hacía buenos números, pero debía dar un paso más adelante. La redención llegó en el mencionado partido ante el Tabirako Baqué.


Procedente de la Universidad de Jackson State, donde completó el ciclo de cuatro años (miembro del primer equipo 2009 de la Conferencia SWAC) licenciándose en Educación Física, Caldwell hizo de todo sobre la cancha “reboteé, defendí, anoté, lideré a los míos”. Él, que se refugió en la Universidad y su baloncesto para “huir de todo lo malo que rodeaba a la comunidad”, empezó probando suerte en Argentina.

Aquello no funcionó porque el agente que me puso allí le dijo al equipo del Estudiantes de Bahía Blanca que yo era más alto de lo que realmente medía y cuando me vieron, quería a alguien más grande. Eso es todo”. De ahí a Islandia, país donde hizo varios partidos con dobles dígitos, “Aquella Liga era realmente competitiva” Preguntado por las razones de su viaje a frías tierras, vuelve a ser parco pero directo y expresivo. “Confié en mi agente, que me dijo que era un buen escenario para empezar mi carrera profesional”. No le mintió. Acabó con 15.7 puntos y 10 rebotes por partido, además de 1.3 tapones por duelo. Jugador determinante. 

Luego, otro buen puñado de meses sin trabajo, lo que no significa que estuviese parado “Formé parte del training camp de los Bakersfeild Jam, de la D-League". Y la EBA. Sinceramente, no tengo ni idea de cómo supieron de mí”. Poco importa, el caso es que llegó a un Villamuriel agobiado con la misión de ayudar en tres meses de competición a lograr la permanencia. Con dos tercios de ese periodo cubiertos y 4 partidos de Liga Regular por jugar, el objetivo está más cerca. 

Caldwell abandonará Palencia cuando la competición eche el cierre definitivo. A mediados de abril hay unas eliminatorias tanto de ascenso, como de permanencia y descenso entre equipos de los Grupos A-A y A-B. Las segundas, donde seguramente caiga el Villamuriel, las disputan los conjuntos que han conseguido evitar el descenso en la Primera Fase, a fin de definir su clasificación final por si se tuviese que ampliar el número de equipos que pierden la categoría. ¿Dónde irá después?

Descansaré unos días con los míos y luego a trabajar de nuevo. No me gusta ser el típico jugador que salta de un equipo a otro cada temporada, pero también hay que entender que tengo que buscar lo mejor para mis intereses profesionales, para mi carrera.

Amante del buen rap y seguidor de Obama está haciendo un gran trabajo”, las metas de Caldwell son ambiciosas.Como a tantos otros, la EBA “una buena competición que espero dominar y abandonar siendo un mejor jugador”, se le puede quedar en poco una vez vivida su experiencia. Luego será el mercado, la suerte, la habilidad y otros factores los que le pongan en una mejor competición o en otra. Como sea, le quedan muchos años de buen baloncesto. Después, con las botas colgadas, sueña con un retiro calmado “Volveré a mi casa y entrenaré en mi instituto”.
 

 

 

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